1.-
Hesíodo y su
obra.
La
épica griega
adquiere un carácter
religioso y didáctico en las tres obras de
Hesíodo transmitidas de
forma
independiente por los manuscritos medievales (Teogonía,
Trabajos y Días,
y El Escudo de Heracles) y en los
cuatro centenares de fragmentos conservados de, al menos, otras once
obras a él
atribuidas: Catálogo de las mujeres o
Eeas, Grandes Eeas, Boda de Ceix,
Melampodia, etc. Hesíodo es el primer
poeta de Occidente que nos cuenta algo de su vida en su propia obra; en
concreto, cuatro noticias importantes:
a) Su
padre era Dio, un
comerciante de la ciudad eolia de Cime, en Asia Menor, que arruinado,
se
trasladó a Ascra, en Beocia, donde adquirió
alguna fortuna. Esta ciudad
era un
centro de culto con festividades periódicas en honor a las
Musas del
Helicón
(monte sagrado), que debieron suponer aglomeraciones de gentes venidas
de otros
lugares representando una buena oportunidad para reanudar la actividad
de
comerciante.
b)
A causa de la
herencia
paterna, Hesíodo mantuvo pleitos con su hermano Perses,
saliendo
perjudicado.
Perses, poco amante del trabajo, despilfarró su parte y
promovió un
pleito
contra su hermano confiando en la ayuda de magistrados corruptos.
c)
La iniciación poética
de
Hesíodo tuvo lugar en las laderas del monte
Helicón, mientras cuidaba
sus
rebaños de ovejas. Cuenta Hesíodo que se le
dirigieron las Musas
entregándole
una rama de laurel a modo de cetro, que simbolizaba la
misión profética
que le
habían encomendado.
d) Hesíodo
participó como
aedo en los juegos fúnebres del rey de Calcis, Anfidamante,
y ganó un
trípode
que dedicó a las Musas Heliconíadas.
La historia y la arqueología
permiten
deducir que Hesíodo vivió entre la segunda mitad
del siglo VIII y la
primera
mitad del siglo VII a.C.
2.- El mundo de
Hesíodo.

Es
justamente
en este momento
histórico
(750-650 a.C.) cuando se consolida la polis griega, que sustituye a la
forma de
convivencia predominante en los poemas homéricos, la de
parentesco. El
nacimiento de esta nueva estructura social se debe a tres desarrollos
del mundo
griego por esas fechas.
a)
La aparición del
comercio y del
artesanado como actividades normales, frente al predominio de la
agricultura en
los siglos precedentes, está íntimamente ligada
al fenómeno de las
colonizaciones griegas, con el flujo y reflujo de las importaciones y
de las
exportaciones, desde principios del siglo VIII a.C. El
oráculo de
Delfos
orientará desde entonces la política interna y
externa de las ciudades.
b) Del peculiar régimen monárquico de
los reinos micénicos, reflejado parcialmente en los poemas
homéricos,
pasamos,
a principios del siglo VIII a.C. a un predominio de las familias
aristocráticas
y a un embrionario sistema electivo de los cargos más
importantes,
reservado a
los miembros de tales familias (en Hesíodo rey es
sinónimo de
aristócrata).
c) Los nuevos métodos de producción
estimulados por la actividad colonizadora introducen nuevas formas de
enriquecimiento económico. Las clases así
favorecidas (artesanos,
comerciantes y
campesinos de posición holgada, entre los cuales podemos
introducir a
Hesíodo)
disputan y hacen mermar los privilegios de la nobleza tradicional, de
sangre.
Estas nuevas clases enriquecidas lograrán la independencia
psicológica
necesaria para enfrentarse abiertamente a la nobleza cuando nuevas
formas de
convivencia demuestren que el noble de sangre es igual a cualquier otro
ciudadano (entiéndase rico).
Hesíodo representa esa clase
media
"burguesa" que echa en cara ya sus atropellos a los señores
injustos.
La sangre no es ya un obstáculo en la época de
Hesíodo para alcanzar
las
esferas elevadas de la sociedad y afirma que la
ἀρετή y la estimación
van
unidas al dinero. Hesíodo acepta el status
político de su época, el
gobierno de
los aristócratas, y no se irrita contra los reyes en cuanto
tales, sino
contra
el comportamiento injusto de éstos.
3.-
Los temas de
Hesíodo.

Es
muy grande la coincidencia
temática
de la Teogonía con determinados
textos orientales (hetitas, babilonios y fenicios). En la
Teogonía,
canta Hesíodo el sucesivo destronamiento de Urano por
Cronos y de éste por Zeus. El poema hetita titulado Mito del
Reino
Celeste (de entre el 1400-1200 a.C.) narra hechos
análogos del trio de dioses Anu, Kumarbi y Tesub.
Una de las secuencias más
bellas de la Teogonía
es la de Tifón, hijo de
Gea y
de Tártaro (versos 820-868). Otro poema hetita, la
Canción de
Ullikummi, nos hace saber que Ullikummi, un monstruo de
diorita, fue engendrado por Kumarbi para vengarse de Tesub. La
diferencia de
constitución física entre Ullikummi y
Tifón es borrada por un tercer
poema
hetita (Hedammu) en el que el héroe,
Hedammu, es también un dragón.
La pareja de Gea y Urano
encuentra el
paralelo de la de Tiamât y Apsû en el poema
babilonio de la creación
titulado Enuma Elis. En ambos mitos hay un
sucesor intermedio que destrona al anterior (Cronos y Ea,
respectivamente)
hasta que un nuevo soberano (Zeus y Marduk) impone su ley en el
universo.
Los fenicios
también tuvieron una
genealogía de dioses coincidente en parte con la de
Hesíodo y las
hetitas antes
mencionadas. Al ser transmitida indirectamente por autores griegos
(Filón de Biblos, del 64-140 d.C.,
habría sido el traductor de la Historia
fenicia de Sankuniatón), encontramos en ella la pareja
Urano-Gea y la
coincidencias de El (Cronos) y Demaro (Zeus).
Los Trabajos
y los Días encuentran paralelos en el género
egipcio de las
Instrucciones (de Ptah-hotep, de
Amen-em-Opet, etc.), en ciertos documentos babilonios de entre el
1500-1200
a.C. (como los Consejos de Sabiduría),
y en un texto hetita en que los hijos de Appu, Malo y Bueno, reparten
la
hacienda paterna injustamente (Malo engaña a Bueno) y se ven
envueltos
en un
juicio.
Un almanaque sumerio y el
calendario de
Gezer, en Palestina, nos ilustran los consejos de Hesíodo
sobre la
labranza. Y
lo mismo tenemos en algún calendario egipcio para la parte
final del
poema.
4.-
La Teogonía.

Literariamente, el poema aparece muy
desigual, formado por una serie de catálogos y
genealogías que él mismo
establece en virtud de asociaciones lógicas o cuyos
principios le
vienen dados
por el mito o el culto tradicional. El gran sentido de este poema es la
divinización del mundo que nos rodea, la
personificación de los
fenómenos y
actividades que implican el éxito y el fracaso, la
alegría y el dolor,
en una
palabra, la vida.
Su objetivo es explicar la
clave
religiosa de la armonía en el mundo y para él la
clave del orden
cósmico radica
en el triunfo total del bien sobre el mal, de lo justo sobre lo
injusto.
La Teogonía
es el poema de los dioses, y en su evolución,
Hesíodo se muestra
optimista. El
mito de las sucesiones implica un proceso progresivo desde el caos
hasta el
orden perfecto sancionado por la justicia de Zeus. Es el primer poema
griego
que busca una explicación divina al orden del mundo y que
basa esa
explicación
en el triunfo definitivo del bien sobre el mal.
5.-
Los Trabajos
y los Días.

Hesíodo al
contemplar la realidad
humana se plantea el problema de la responsabilidad del mal en el
mundo. Para
explicar este problema recurre a tres mitos: Prometeo, Pandora y el de
las
Edades, que le llevan a la conclusión de que el origen del
mal radica
en la
propia naturaleza humana, en su torpe necedad e injusticia. A
diferencia del
mundo divino, el de los hombres sigue un proceso de
degradación que
sólo se
resolverá cuando Zeus determine poner justicia
definitivamente entre
los
hombres.
Hesíodo
pretende disuadir a su hermano
Perses de su intento de despojarle de su parte de herencia,
advirtiéndole de la
necesidad de trabajar como único medio legítimo
para eludir la pobreza
y el
hambre. Éste es el gran tema de los Trabajos
y Días. Justificada por la existencia del mal la necesidad
del trabajo,
Hesíodo ofrece a su hermano una serie de consejos de
conducta social y
un
calendario de trabajos para obtener el máximo rendimiento de
la tierra.